Al fin sale a la luz tanta oscuridad.
AILM es el acrónimo de Andrea Isabel Ludovic Márquez y también el nombre de una nueva faceta del proyecto de vida de la productora venezolana de música electrónica. AILM es también el compilado oficial que reúne casi 10 años de creación artística.
La cita tuvo lugar en el Centro de Arte Los Galpones en la ciudad de Caracas el pasado 14 de septiembreen el marco del ciclo MECA (Música electrónica en Caracas) y sirvió de ocasión para dar una demostración del sonido “punzante” que la productora venezolana ha forjado desde hace casi una década.
No sólo el diseño sonoro tenía el peso sobre sus hombros, mitad de la puesta en escena dependió de una exhibición de videoarte con un alto abanico lisérgico atado al concepto de Ludovic y desarrollado con el apoyo del fotógrafo Marco Antonio Guerrero y la VJ Ionee Waterhouse.
Finalmente, luego de casi una década de trabajo —y de publicaciones esporádicas en varias plataformas digitales— Ludovic presentó una poderosa colección que recoge un sonido único, concreto e identitario.
Texturas melancólicas, instrospectivas, susurros de suspenso. Piedras rozando con piedras, vidrio rompiéndose en el concreto, metales chocando: la electrónica lacerante de Andrea lleva una tristeza permanente y una furia contenida que se condensa para luego expresarse sin ambages a través de una semántica que le habla directamente a la oscuridad.
Mucha de la música de Ludovic se compone de breaks y bases sincopadas y polirítmicas que podrían ubicarse dentro de los andamiajes del break core, drum and bass y el noise. Pero el trip hop, el drone, el “electro dark” y la música industrial también están muy presentes en sus producciones. Andrea se pasea por las ramas del dark ambient y el deep dub: una gama única dentro del universo de productoras venezolanas que aún siguen en el país.
Música para cabecear
“Yo lo veo como electrónica rockera, como derivado del drum and bass y del break core, pero con una estructura más narrativa. No tanto para bailar, no es contínua, sino que es más como para cabecear”.
AILM está a la venta en un formato boxset que incluye varias postales, un afiche y un curioso pendrive con tres carpetas: MsSpknS, un primer compilado cuyo contenido comenzó a ver la luz en el 2010. AILM, colección que ya había sido expuesta en el 2014 a través de plataformas digitales y que le da nombre al álbum que nos atañe; y, finalmente, BIOLENCE, tres tracks que aún no cumplen el año de vida, pero que golpean en el pecho con la fuerza de la experiencia.
MsSpknS delata una etapa de exploración violenta con el break core. Este alterego proviene de la palabra “spookiness” (escalofriante) y de él se desprende otra de las personalidades musicales de Andrea: Spooky, seudónimo que usa –o usaba- al momento de mezclar en eventos donde la música dance –y no los breaks– debían predominar. Cuando Spooky aparece, el “dark electro» es inminente.
También en el 2010 sale Frutripa, un EP de cuatro temas publicado a través de μsica Culpable, sello digital del cual es miembro fundadora.
Esta primera compilación llamada MsSpknS vio luz en partes separadas a partir del 2010, momento en el que μsica Culpable, la disquera digital que ayudó a expandir las fronteras y a empujar los límites de la música producida por la artista caraqueña, empezó a forjarse como un portal en el que no sólo se podían descargar las producciones discográficas de quienes lo fundaron, sino que fungía como un foro sobre el software libre, el diseño sonoro y la producción musical.
AILM representa una faceta más melódica en la que Ludovic hace uso de sus atributos en la composición. De principio a fin, los 8 temas que componen este compilado, mueven la fibra de la melancolía, lo desconocido y lo tenebroso. Tracks como “Cuatro”, “DEATH”, “Driving”o “Sacrifice Stuff” denotan una etapa más calmada, quizás en la búsqueda de estructuras más convencionales. Sin embargo, escuchar este compilado es como ver una película que, en una realidad alterna, hicieran Gaspar Noé y David Lynch.
«La niña» es una remezcla de Yva Las Vegas, una extraordinaria cantante venezolana basada en Nueva York, exintengrante de la banda Sweet 75.
“Melan coli” y “Alquimia” son dos canciones que se oponen en su intención. La primera podría hacer que al oyente le nazca la necesidad de saber lo que Ludovic estaba sientiendo la noche que compuso la pieza en su pequeño estudio/cuarto/refugio/salóndefiestas. Sea lo que sea que haya sentido, logró transmitirlo en una forma devastadoramente melancólica. La segunda es un golpe directo al pecho, una exploción de euforia que redime al cuerpo de su peso.
La culpa es de la música
μsica Culpable fue fundada por autØmata e 1ntelivizi0n en el año 2006. Los principales “culpables” se encontraron por Myspace unos años antes y la junta fue inminente. “Nos dimos cuenta de que habían otras personas haciendo el mismo estilo de música, pero cada quien aislado, separados”. Junto con Américo Silva, aka SupraOm, Fauchier y Drowsyd, se internaron a hacer música y a jammear.
Después empezaron a reunirse en casas a escuchar y hacer música “cabilla” y siempre pasaba algo malo: llegaba la policía, se rompían vasos, salía alguna mamá molesta, se peleaban o cualquier otra catástrofe. Terminaban echándose la culpa entre ellos por moldear ese ambiente. “Fuiste tú con ese techno malandro” o “fue esa jeva con ese IDM explota cerebros”. Se dieron cuenta de que la culpa era de la música, acto seguido: nació el sello y la website.
Más adelante se unieron muchos artistas nacionales y de otras partes de mundo que colaboraron de maneras distintas, como Katherine Sultan, por ejemplo, quien trajo el arte digital y el videoarte al mundo culpable.
DAW sincrético
MsSpknS está hecho con Reason y Ableton Live. BIOLENCE también. Para la creación de AILM sólo fueron necesarios el Renoise y muchas madrugadas. Antes de eso, Ludovic usaba Reason y Live en modo rewire, pero sus amigos culpables le metieron el Renoise en la cabeza. «En ese momento el Renoise era de los pocos que permitía tocar con el teclado alfanumérico y aparte tiene unos monitores bellos de fase, de osciloscopio y de frecuencia».
“Me parece que Renoise es más liviano, tiene poco desarrollada la interfaz visual y eso hace que se comunique más rapido con la tarjeta de sonido. También tiene algoritmos más directos, es más confiable”.
Gothic por la mañana
Andrea apenas sobrepasa la tercera década: usa un camuflaje de entusiasmo. A los 20 años experimentó su primera producción y mucho antes pisó escuelas de música como la Juan José Landaeta y la Lino Gallardo. Sus estudios de piano se intercambiaron por los de ingeniería electrónica en la Universidad Simón Bolívar y terminó haciendo su propio sintetizador como proyecto de tesis. Actualmente colabora con la compañía Reactable Systems, fabricantes de innovadores instrumentos de producción electrónica.
Por lo que se ha podido ver, Ludovic no persigue el mundo pop o la DJ life: se inclina por construcciones que miran hacia a un tipo de arte más abstracto con miras a la museística y la cinematografía. En el 2015 participó en la obra Crisálida de Ana Chin-A-Loy en el Festival Danza Deriva en Sao Paulo Brasil.
También tuvo un performance llamado “Conexión Cannes-Venezuela Live Cinema” en el 2016. Además, ha sido parte de la organización de encuentros sonoros experimentales como NOISNOISNOIS en la galería espacioMAD.
De alguna manera u otra, Ludovic está en constante “investigación de las virtudes de la psicoacústica y de cómo utilizar la música, los medios digitales y el ruido como herramientas para viajar a lugares insólitos”. A eso se le suman horas nocturnas de vuelo y tertulias musicales que terminaban en un “gothic por la mañana”.
Todo parece indicar que a Andrea Ludovic le queda mucho camino por recorrer. Visita el bandcamp de AILM y vive todas las experiencias aquí narradas.
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