Texto: Cherry Adam
The New Normal fue el tema con el que la organización del Primavera Sound, el festival más famoso de Barcelona, y uno de los más populares de Europa, presentó su alineación para la edición 2019. Para el PS19, lo “normal” –una expresión muy común entre los españoles–, es que los carteles cuenten con el mismo número de artistas femeninos y masculinos en su programación. Suena y parece obvio, pero ciertamente no lo es.
Sin embargo, la iniciativa también levantó las cejas de los más fieles, quienes experimentaron –por añadidura– un giro drástico en nombres y estilos. Entre los anunciados para el PS19 se encontraban J Balvin y Cardi B, integrantes de la #LatinoGang, la nueva fuerza del hip hop y el reggaetón latino (o casi), en el mundo. Cardi canceló su participación semanas antes del festival y fue sustituida por Miley Cyrus. La balanza seguía intacta: 50% y 50% sería la relación de artistas en el 2019, pero sumando el pop más puro y el reggaetón como nuevos géneros del line-up.
Un festival a un ritmo diferente
Este año, la experiencia del Primavera Sound 2019 fue corta pero intensa. Y creo que hablo por muchos quienes, como yo, más que asistir a sesiones maratónicas, decidimos distribuir nuestro tiempo y completar nuestra agenda diaria con apego y curiosidad. Aquí no hablaremos de J Balvin, –quien según cifras del festival rompió récords de asistencia (63.000 personas), y venta de entradas durante su concierto el sábado 01 de junio en el Parc del Forum–, ni de Rosalía o Miley Cyrus. Casi todos los nombres que se mencionan a continuación son músicos, leyendas vivientes como Terry Riley y Nas, y/o productores experimentales e innovadores que captaron nuestra atención especialmente.
Terry Riley
Uno de los pioneros del minimalismo en la música clásica, gracias al uso de cintas y delays y técnicas de la música electrónica, e inspirado por el trabajo de John Cage y La Monte Young. El auditorio a la mitad de su capacidad fue testigo de una lección de historia de música contemporánea en directo. Terry ya alcanza los 84 años pero su genio permanece intacto. La presentación junto a su hijo, Gyan Riley, resultó en una sesión intimista pero grandiosa, llena de guiños entre los músicos, bañada de sonoridades y texturas. El jazz como tablero en un juego de experimentación sin límites.
Nas
Nasir Jones, uno de los hijos de Queensbridge, descubierto entre las letras de Roxanne y Mobb Deep, también salidos del complejo residencial de Nueva York. El antes conocido como “Nasty Nas”, –el G.O.A.T., el niño prodigio, la mente detrás del ya clásico Illmatic–, desbordó el RayBan sorprendido por la respuesta recibida. La marea que lo enmarcaba cantaba con fuerza y repetía cada palabra, cada pausa, cada letra. Entre temas nuevos y clásicos, Nas nos decía que el mundo era nuestro pero no, Nasir, the world is yours.
Dicen que la curiosidad mató al gato. Pero, a veces, la curiosidad te hace vivir experiencias que no considerarías desde tu zona de confort. Jamás hubiese pensado tachar de mi lista de bandas vistas a los ingleses de Carcass, pero si tu compañero de festival es un gran fanático de la agrupación, pues es una cita obligada. Hace poco más de una década, después de un descanso, Bill Steer y Jeff Walker decidieron reunir a la banda y volver al ruedo con su grindcore melódico y de baja fidelidad.
Qué mejor forma para despedir el jueves que al ritmo de Nitzer Ebb. Los británicos, considerados una banda de culto del género industrial / EBM de princios de los ochenta, ofrecieron un directo enérgico y seductor como una máquina bien aceitada. Sintes afilados, batería electrónica desprendiendo sonidos metálicos, y un beat sincopado y profundo. Por espacio de una hora, el Adidas Original fue un espacio de culto que saboreó y bailó al unisono los temas de una de las agrupaciones de la época dorada del new wave británico.
Hecker es una de las figuras fundamentales del deep ambient. Tim prefiere que el sonido sea el protagonista de sus paisajes sonoros por lo que sus directos siempre vienen acompañados de un humo denso, que le resta protagonismo al artista para brindárselo a la música. En esta ocasión, el usual solitario y austero productor, estuvo acompañado por la fineza y virtuosismo del Konoyo Ensemble. El trio japonés, armado con instrumentos tradicionales de cuerda y viento, acompañó de manera excepcional los drones del productor norteamericano. Una de las experiencias más extrasensoriales de todo el festival.
Los alienígenas firmados por Dais Records se estrenaron en el escenario Adidas Original completamente sorprendidos y emocionados por el recibimiento. Sus gafas oscuras, caras y pelucas platinadas añaden un toque kitsch que divierte e intriga. Su mezcla de dark wave y post-punk es melódica y bailable, pero al mismo tiempo austera y mecánica, como el sonido de la nave que los trae a la tierra para entregar su mensaje. Las actuaciones místicas presentadas por DeMure y Mona D son experiencias sensoriales adicionales, las personas mutan convirtiéndose en estatuas pálidas y el escenario se envuelve de misterio al ritmo del sintetizador.
Una de las citas obligadas del Primavera Sound es vivir los noventas como si estuvieras allí. Cada año, el festival intenta incluir alguna de las bandas fundamentales de la década. Este año, fue el turno de June of 44, formada en 1994 con miembros de Rodan, Lungfish, Rex y Hoover. El nombre de la agrupación está inspirado en el período en el que las correspondencias entre Anaïs Nin y Henry Miller tuvo lugar. Un recorrido por sus mejores momentos y un público completamente hipnotizado por el bloque sonoro, casi impenetrable, generado por los estadounidenses.
Es un deleite presenciar un directo de Neneh Cherry. Es una figura que, desde 1989, se ha encargado –quizás sin planificarlo demasiado– de ser una de las artistas más prominentes y más feministas sin llevar una camiseta que lo anuncie. Una colaboradora habitual de Massive Attack, Tricky o Robyn. Ahora, más madura y más vocal que nunca sobre el estado del mundo, ha reunido suficiente material para volver al ring con Broken Politics (2018), un álbum lleno de jazz, reggae, hip hop, en el que denuncia desde grupos antiaborto hasta organizaciones pro-armamento.
Gracias por compartir!
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