Texto: Cherry Adam
El décimo tercer álbum de Tricky finalmente ha visto la luz. Bajo el título “Ununiform” (False Idols, 2017), ha sido grabado en Berlín, Alemania, y cuenta con la colaboración de estrellas del hip-hop internacional como Scriptonite y Martina Topley-Bird (partner in crime habitual y ex-novia), la artista de downtempo Francesca Belmonte, y la actriz y directora Asia Argento (la hija del aclamado director de Giallo, Dario Argento), por tan solo mencionar algunos.
Ahora bien, lo que trae Tricky con su “Ununiform” es, literalmente, eso: estar sin uniforme, sin etiquetas y, al mismo tiempo, sin un rumbo claro. Los 13 temas del álbum tienen como común denominador bases de downtempo y R&B, pero cada uno intenta –sin éxito- ser parte de un todo que no confluye en ninguna parte.
El “Ununiform” de Tricky se pasea por el hip-hop, el trip-hop, el pop, y hasta el grime, pero más que un todo parece la suma de diferentes partes
La estrategia de Tricky de invitar y colaborar con figuras relevantes de la escena actual, como Martina Topley-Bird o Mina Rose, para darle relevancia y visibilidad a su nuevo disco, terminó constándole mucho más caro de lo que parece a simple vista.
El problema con este álbum es que los temas son tan disímiles y la ausencia de concepto es tan evidente, que parece como si Tricky fuera el invitado en el disco y no al revés. Si tuviera que definir este álbum diría que es como la música que oyes en una tienda; aquella que está pensada y que sirve para romper con el silencio del espacio, para contrarrestar la monotonía, pero que es tan atemporal y tan carente de identidad, que da igual de quién se trate.
Esta fórmula de combinar géneros y estilos, quizás hubiese funcionado 15 años atrás y tal vez hubiese resultado en un álbum novedoso, rompedor y futurista. Hoy en día, resalta –lamentablemente- la desconexión que existe entre el Tricky de antaño, la gran figura, el esencial de agrupaciones como Massive Attack, y el artista de ahora, que luce perdido, sin rumbo y sin un sonido concreto.
Aunque existan críticos que pretendan comparar este álbum con Coexist (2012) de XX, o Histoire de Melody Nelson (1971) de Serge Gainsbourg; no se dejen engañar.
Sin ánimos de sonar anti-Tricky, pero cuando se habla de artistas de esta talla que siguen produciendo álbumes -como si se tratara de barras de pan-, es necesario mencionar el elefante en la habitación: aunque se trate de Tricky, hay que decirlo, “Ununiform” es un disco mediocre, regular y completamente prescindible.
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