Esta es una época de gran furor por los vinilos. Desde hace unos años para acá un nuevo interés por este formato «clásico», símbolo de la música del último siglo, ha dado nueva vida al placer por coleccionar música. Aún así, algunas cosas no dejan de sorprender, como la noticia de que recientemente se vendió un disco de vinyl en Discogs por más de 27 mil dólares.
El item en cuestión es un prensado canadiense original del célebre «The Black Album» (1987), del legendario y fallecido Prince. Se trata de una edición acerca de la cual no se tenía noticia, lo que explica un poco su altísima cotización (20.500 dólares para ser exactos), rompiendo el propio record del famoso website especializado en información y venta de discos, y en donde ya en 2016 se había vendido una copia promocional del mismo trabajo por 15.000 dólares.
No es de extrañar. «The Black Album» viene arrastrando toda una historia que lo convierte en una especie de santo grial o tesoro desconocido del mundo de la música moderna. Grabado, se dice, como una reacción a las críticas que aseguraban que Prince se había volcado demasiado hacia el pop, el trabajo, que sucedería a «Sign o’ the Times» (1987), supondría unas vuelta a las raíces negras del multi-talentoso artista. Las expectativas fueron grandes y ya antes de su lanzamiento el disco había sido bautizado informalmente como «La biblia del funk» -palabras mayores. El mismo vendría sin créditos de ningún tipo -ni siquiera el nombre del mismo artista-, tampoco título; apenas una carátula completamente negra en dónde sólo estarían los títulos de las canciones.
Entonces algo muy curioso sucedió: repentinamente y cuando ya existían unas 50.000 copias del disco, el mismo Prince decidió cancelar el lanzamiento y destruir todas las copias asegurando que el álbum era «maligno». El compositor aseguró que el álbum era el trabajo de Spooky Electric, según él, una «entidad demoníaca» invocada por Camille -alter ego artístico del músico, y que por esta razón el trabajo debía ser retirado.
Dicho y hecho. Esta es la razón por la que el álbum y las copias del mismo se cotizan a un precio tan elevado. «The Black Album» desapareció virtualmente del planeta; sólo un centenar de copias quedó circulando por Europa, y al parecer algunos ejecutivos de Warner se negaron a destruir sus copias, unas pocas de las cuales fueron después descubiertas por un trabajador de la empresa. No es ninguna sorpresa que el disco haya estado circulando por todos lados en forma de bootleg (edición no autorizada), convirtiéndose en una verdadera pieza de colección.
Con todo, nada de esto hace a «The Black Album» el vinilo más caro de toda la historia. Fuera de Discogs, varios son los álbumes cuyos costos han desafiado todo cálculo. Dentro de los que debemos mencionar está la versión del «álbum blanco» de The Beatles (1968) que el mismísimo Ringo Starr ofreció en subasta -la primera copia, con el número de impresión ‘0000001’- vendido en 790.000 dólares; una edición del «My Happiness» (1953), una de las primeras grabaciones hechas por Elvis Presley, comprada por el no menos talentoso Jack White por 300.000 dólares y, más sorprendentemente en esta lista de inmortales de la música, un test pressing (impresión de prueba), del «Caustic Window» de Aphex Twin que fue comprado por 46.300 dólares en una subasta por nada menos que el creador del popular juego Minecraft, Markus «Notch» Persson. Toda una anécdota.
Pero el trofeo se lo lleva sin duda «Once Upon a Time in Shaolin», del más que mítico ensamble de hip-hop, Wu-Tang Clan. Se trata de un disco que fue grabado en secreto duarante seis años y del cual sólo se imprimió una copia, que fue guardada en una bóveda de seguridad en el Royal Mansour Hotel, de Marruecos.
El álbum, un disco doble de 31 tracks, fue puesto en una caja de plata y niquel, con un exquisito y elaborado patrón de arabescos, hecha a mano por el artista británico-marroquí Yahya. Luego de recorrer galerías y museos de diversas partes del mundo, este único disco de una copia fue vendido a Martin Shkreli, el ex-mega-empresario farmacéutico que luego fuese sentenciado por fraude a los inversores. ¿El precio? 2 millónes de dólares.
Por si fuera poco, el contrado de compra-venta estipula que el disco no podrá ser reproducido comercialmente hasta el año 2103 – sí, dentro de 85 años- si bien puede ser usado en fiestas privadas o divulgado gratis. La idea de la banda era crear un proyecto que restituyera a la música su estatus como obra de arte, a la par de las obras de grandes artistas como Miguel Angel. Durante un tiempo incluso se hizo casi viral el rumor de que el contrato incluía una cláusula en virtud de la cual el disco podía ser robado sin consecuencias legales para los perpetradores siempre y cuando estos fuesen el mismo Wu-Tang Clan o…. ¡Bill Murray! -de la cinta «Lost in Translation» (todo tiene una explicación: Murray y el WTClan aparecieron juntos en el film «Coffee & Cigarettes» (2003), de Jim Jarmusch.) Posteriormente se confirmó la falsedad de esta información.
Un nuevo disco de Prince nunca antes editado, «Piano & A Microphone 1983», verá la luz a finales de este año, según se anunció.
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